Solsticios y equinoccios son momentos de Fiesta en la Naturaleza, cuando cambian las estaciones y crecen o  menguan las energías que fluyen en la danza de la vida: Luz y Oscuridad. Calor y frío. Siembra y cosecha…

Como en las antiguas tribus, de muchas tradiciones, nos reunimos en estas ocasiones, cuatro veces al año en los cambios de estación, para hacerle llegar a la Madre Tierra nuestro amor por ella. Es una ceremonia donde todos los presentes aportamos nuestra intención con el baile, el canto, los tambores y cualquier otro instrumento, guitarra, violines, flautas… para resonar en armonía entre nosotros y con la tierra que nos acoge. Es un rezo que compartimos con el bosque y la vida que nos rodea, que mantenemos ininterrumpido desde el mediodía hasta el atardecer, celebrando la llegada de la nueva estación.

La propuesta es que el baile no se interrumpa en ningún momento, de modo que cuando alguien descanse, otras personas mantengan tanto el baile, como el canto o el tambor. Durante este tiempo disponemos de una mesa con tentempiés de emergencia.

Si el tiempo lo permite estamos dentro del bosque, al aire libre y si no acompañara nos reunimos en la sala.

Aunque hasta ahora, muy pocas veces hemos tenido que retirarnos del bosque.

Cuando terminemos hay cena de hermandad, compartiendo las aportaciones culinarias que hayamos traído los participantes. Después de cenar, en la sala, continuamos, quien lo desee presenta su arte con instrumentos musicales, cantando, danza, cuentacuentos…etc. Es habitual que surjan momentos de creatividad espontánea maravillosa.

Próximo evento 

No se admiten mascotas por su propia seguridad y tranquilidad, y la de los asistentes.