Eventos – Reconocimiento a los ancestros en cuerpo y alma
Somos espíritus encarnados en un cuerpo. El cuerpo y tantos aspectos del alma, felices o dolorosos, los recibimos a través del linaje de nuestros antepasados. El cuerpo guarda la información cifrada de todas las experiencias de la vida. También atesora memorias antiguas, de la vida intrauterina, de la primera infancia, e incluso memorias del sistema familiar, inconscientes, pero no por ello menos activas. Esas memorias desconocidas pueden ser focos de perturbación en la libertad y en la salud del individuo. Cuando se desbloquean, se reconocen y se liberan, la persona enriquece su Ser, a través del Amor de la aceptación. Adquiere la facilidad para poder ser quien realmente ha venido a ser, honrando a todos aquellos de las generaciones anteriores que le han transmitido la Vida, con sus dones y con sus cargas. Para que nuestro transitar por la Tierra sea más ligero y libere de dificultades a las siguientes generaciones.
Comenzamos a partir del movimiento espontáneo, tomando el Tandava (yoga de Cachemira) como punto de partida y apoyados por el ritmo del tambor ceremonial y por la voz (empleamos cantos de armónicos así como canto libre) para liberar las memorias corporales. La danza del movimiento espontáneo nos facilita entrar en contacto con la sabiduría innata del cuerpo, que nos muestra y simultáneamente nos libera de ataduras antiguas. Nos lleva al contacto con nuestro ser, con nuestro corazón, armoniza mente y cuerpo.
El canto de armónicos tiene la cualidad de penetrar con la resonancia de su vibración en todas las capas del ser, físico, energético, emocional y parar el diálogo mental.
De aquí en adelante tomamos consciencia de las diferentes capas de nuestro ser, recuperando y amando las zonas olvidadas del cuerpo y del alma, para unirlas en el ser completo, físico – anímico – espiritual que somos.
Crearemos un ritual para integrar a los ancestros de las siete generaciones anteriores.
En casos concretos desarrollaremos constelaciones familiares para dar lugar en el corazón a aquellos a quienes les sea debido. Ponemos orden en el sistema familiar, encontrando las imágenes que solucionan.
Después de Reconocer a los Antepasados y de constelar las personas que lo necesitan, volvemos a danzar con el Tandava. Constatamos el cambio en la sensación corporal y anímica. De nuevo actúa el canto de armónicos, integrando los cambios.
Cerramos el taller con el Giro Sufí, meditación en movimiento, conexión con la esencia espiritual, uniendo Cielo y Tierra a través del corazón, EN EL MOMENTO PRESENTE.
Este taller se presenta habitualmente, en Diafanum, en fechas inmediatas al 1 de noviembre, Día de Difuntos. También en otras fechas y lugares, cuando sea solicitado por alguna persona o centro.
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Cuando las almas se reconocen y los cuerpos vibran en el encuentro, y los corazones saltan al ritmo de los tambores, y las voces y cantos se abrazan en el vacío eterno… solo nos queda la gratitud. Gracias de todo corazón. Abrazos del Alma.”